¿Cómo mejorar el vino ecológico?

La novedad principal del trabajo, realizado por el Grupo de Palinología y Conservación Vegetal del Centro Hispano Luso de Investigaciones Agrarias (CIALE) de la USAL, reside en la aplicación de la aerobiología, una disciplina de reciente uso en este tipo de estudios que analiza la presencia de componentes vivos en la atmósfera, tales como el polen o las esporas, entre otros. La recogida de estas partículas se realiza mediante el empleo de unos aparatos colocados en los viñedos conocidos como “captadores”, cuya revisión semanal ofrecerá información detallada del día y la hora en la que fueron depositadas.
Concretamente, el estudio y recuento de la cantidad del polen procedente de la vid Vitis vinifera L arrojará una cifra aproximada de la futura producción de la cosecha. “Nos interesa saber la cantidad presente en cada momento de este polen y compararlo después con datos de producción”, informa José Sánchez Sánchez, responsable del proyecto.
Los investigadores combinan diversos procedimientos metodológicos, como la fenología y la meteorología, más comunes en este tipo de investigaciones, combinados con la aerobiología y la estadística.
El objetivo general es crear mediante la correlación de sendas disciplinas diferentes modelos predictivos aplicables a los estadios de producción en los viñedos, teniendo en cuenta las distintas fases fenológicas y acontecimientos que influyen en la producción de estos cultivos. Ejemplo de ello serían la polinización, la aparición de plagas o el inicio de los diferentes estadios fenológicos, entre otros.
Con toda la información recogida, el grupo de la Universidad de Salamanca trabaja en la creación de un completo registro de datos que, a largo plazo y con alto índice de acierto, contribuirá en la toma de decisiones y actuaciones por parte de los productores vitivinícolas en sus viñedos.

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