Desde junio del año pasado se desarrolla la campaña Recolecta tus pilas, con el objetivo de recaudar la mayor cantidad posible de estos desechos para disponer de ellos de manera ecológica.
"Empezamos como una iniciativa particular, guardando las pilas en potes bien secos de 5 litros, pero la idea tuvo mucha acogida y ahora contamos con la colaboración de Remapca, una empresa del Estado que se encargará de guardar las pilas de manera segura", explicó Silvia Itriago, una de las organizadoras de la campaña.
En Venezuela no hay plantas procesadoras para este material. Sólo hay seis en el mundo. Por eso en el país se confinan con la intención de exportarlas a una planta en Alemania o Corea, gracias al acuerdo Basilea de cooperación internacional.
"Ya llevamos una tonelada recogida; cuando lleguemos a cinco, Remapca se las llevará a un galpón en Soledad, estado Anzoátegui. Es un depósito que cumple con las normas ambientales. Y cuando se llegue a 28 toneladas se podrán enviar para que las reciclen", explica Itriago.
Las personas pueden colabora con la campaña, bien sea llevando las pilas viejas de su casa o haciendo una colecta en su comunidad. Para llegar a la primera meta y almacenarlas en un espacio seguro, es necesario recoger cerca de 500 potes de 5 litros.
Planta propia. Vitali Ojalvo, representante de la organización Vita Ambiente, señala que mientras no se tenga una planta recicladora en el país, es necesario que la gente sea cuidadosa a la hora de deshacerse de las pilas gastadas.
"Hay que ponerle un teipe en los polos y guardarlas en un lugar seco y bien lejos de los niños. Luego se llevan a un centro de acopio en cuanto se pueda", indica.
Aunque la medida es temporal, es lo único que se puede hacer mientras en el país se decide cuál será la medida formal sobre el manejo de los materiales peligrosos recuperables. "O se construyen los centros nacionales de acopio para almacenar y luego exportarlas, o se hace la inversión en una planta propia. Habría que sacar números y tomar una decisión entre la ganancia económica y la ambiental. Lo ideal es reciclarlas, porque así no dejamos esa deuda ecológica a las futuras generaciones, pero no sabemos si habrá plata para eso".
Metales pesados. Estos productos contienen mercurio, plomo, cadmio, litio y níquel, según el tipo. La contaminación por metales pesados puede ocasionar enfermedades graves en las personas y son letales en animales y plantas.
Una pila en buen estado se encuentra sellada, pero al botarla se empieza a oxidar su cobertura y los componentes se empiezan a salir. Las baterías de los carros y de los celulares también son potencialmente dañinas.
"Por poner nada más un ejemplo, el mercurio que se desprende de una fábrica pasaba al ambiente por un proceso lento en el que se juntaba con el agua y unas bacterias y creaba la famosa lluvia ácida que contamina peces y ríos. Las empresas tenían que encargarse de ese mercurio, era su responsabilidad", explica Ojalvo.
Las pilas están en manos del ciudadano común, y el material tóxico puede pasar directo al ambiente en un ciclo más corto. "Y también hay plomo y litio, que son contaminantes. Entonces hay que crear conciencia en el ciudadano de a pie para que entienda que su actuación es necesaria, que ellos tienen su responsabilidad también".
Tu también puedes colaborar con la campaña, bien sea llevando las pilas viejas de tu casa o haciendo una colecta en tu comunidad.
Vía: María Alejandra Berroterán |Últimas Noticias
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