Los cactus, unas plantas de escaso riego

21 de marzo de 2011. Los cactus pertenecen a la familia de las cactáceas, que a su vez forman parte del grupo de las plantas suculentas. Su origen se sitúa en el continente americano, desde donde se extendieron a otras tierras. Además de sus características púas, la principal particularidad de esta especie vegetal es que su raíz, hojas y tallos tienen tal grosor, que pueden almacenar gran cantidad de agua, algo que no ocurre con ningún otro tipo de plantas.

Características y cuidados:
Aunque los cactus necesitan mucho sol para desarrollarse, la acción directa en largos periodos de tiempo puede dañar a los ejemplares más delicados. Las plantas grandes son más resistentes, pero conviene que pasen varias horas a la sombra.

En cuanto a la temperatura, hay que resguardarlos de las heladas, sobre todo si éstas son fuertes.

Pero un aspecto esencial es la tierra. Si la planta se cultiva en maceta o jardinera, la opción más adecuada es el sustrato especial para cactus. Si se planta en el jardín, la tierra debe disponer de un buen drenaje, ya que en caso contrario el cactus no sobreviviría.
Los abonos se realizan una vez al mes durante la primavera y el otoño. El fertilizante ha de contener nitrógeno, fósforo, potasio, etc., y se debe diluir en agua antes de su aplicación.

Los cactus plantados en la tierra del jardín solo se deben regar en verano, una vez por semana. El resto del año bastará con el agua que reciben de la lluvia. En los días fríos de invierno, hay que tener la precaución de que el sustrato de las macetas esté seco, para evitar que las plantas se pudran, sobre todo si están en el exterior. En este último caso, conviene que las macetas sean de barro o terracota, ya que además de favorecer una rápida pérdida de humedad del sustrato, este tipo de recipientes permiten una mayor aireación de las raíces.

En función de su crecimiento, los cactus se deben trasplantar a una maceta mayor cada dos años. Otro aspecto fundamental es su multiplicación por semillas, división, injertos y esquejes.
Ejemplares con flores

En la familia de las cactáceas se distinguen ejemplares que, además de por sus espinas, destacan por la belleza de sus flores. No obstante, muchas de ellas no duran más de dos días y son plantas que tardan mucho en florecer. Algunas especies pueden no florecer en lustros.

La fragilidad de estas flores hace que solo se abran al anochecer, ya que son demasiado frágiles para soportar los rayos del sol. Para ayudar a la floración, se debe añadir al sustrato un fertilizante con un aporte elevado de potasio. Una de las variedades con flores más llamativas, abundantes y apreciadas es el equinopsis.

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