Despiertan bacteria de hace 34.000 años

18 de enero de 2011. Los lagos salobres, así como los “brazos de mar” que extienden sus aguas poco profundas por depresiones en el terreno aledaño, tienden a formar cristales de sal que el hombre aprovecha desde hace tiempos inmemoriales para sazonar el alimento y encurtir otros para impedir su deterioro.

Estos cristales pueden formarse en cosa de horas dadas las condiciones de humedad del aire, calor y cantidad de sal en las aguas estancadas. Tan rápido se extienden, que una colonia de bacterias puede verse atrapada en sal sin darse cuenta.

Es lo que le ocurrió a un grupo de microorganismos descubiertos por Brian Shubert el año pasado en una muestra de cristales de sal del Death Valley, ubicado en el desierto de Mojave. El resultado de sus investigaciones se publica en la edición de enero de GSA Today, la revista oficial de la Geological Society of America.

Resulta que las bacterias, extremófilas que todavía existen en la tierra, permanecieron 34.000 años en una especie de hibernación, pero algunas despertaron luego de que Shubert las liberara de su cristalina prisión. ¿Cómo es posible que hayan aguantado tanto tiempo? Aunque las bacterias pueden apagarse y no consumir energía por un tiempo indefinido, su material genético se degrada y la bacteria eventualmente muere o al menos se vuelve incapaz de reproducirse, por lo que la colonia bacteriana no se puede reactivar.

Por el contrario, en la muestra de Shubert las bacterias permanecieron atrapadas junto con algas microscópicas de la variedad Dunaliella. Probablemente esa fue su fuente de alimento y se limitaron a consumirla al mínimo para preservar el material genético. Esta política de ahorro extremo no resultó para todas, y de las 900 muestras recogidas por Shubert la mayoría no ha despertado de su statis. Sin embargo, 5 muestras se reactivaron luego de un mes y medio y están produciendo bacterias. Los nuevos ejemplares son 34.000 años más jóvenes que sus progenitores, con lo cual hasta Anthony Quinn parece un padre adolescente.

La vida se abre camino de alguna manera, y la existencia de estos organismos (quizá los más longevos de la tierra) me hacen pensar que aunque los humanos lo arruinemos todo y devastemos el planeta, seguirán quedando restos de vida de la cual pueda emerger un nuevo proceso evolutivo cuando la tierra logre curarse de nuestro paso por ella.

VeoVerde.com

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