31 de octubre de 2010. El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) anunció que da por extinguida la población de osos autóctonos del Pirineo (cordillera montañosa entre España, Francia y Andorra) y ha apuntado directamente a los sucesivos gobiernos españoles y franceses como “los causantes” de la desaparición de esta especie.
FAPAS ha constatado que tras treinta años de trabajos de seguimiento de la población osera pirenaica y de la aportación de decenas de millones de euros, “supuestamente para beneficiar a los osos” en las montañas pirenaicas ya no vive ningún oso de origen autóctono.
Y es que, Camille, el último oso autóctono que sobrevivió hasta el pasado invierno en los Pirineos, enfermo y de una edad avanzada, “se da formalmente por muerto, tras varios meses sin poder ser localizado por los numerosos miembros de los equipos de vigilancia” del oso en los Pirineos.
Fracaso total
Para los ecologistas, la desaparición de Camille es la connotación del fracaso de las administraciones en proteger la biodiversidad. Ni la mucha literatura ni los muchos millones empleados en la conservación del oso pardo han servido de nada, afirman.
Durante los últimos treinta años, la población de osos que habitaba las montañas pirenaicas desde hace miles de años, ha ido decreciendo paulatinamente, a pesar de la aportación de recursos económicos de los gobiernos de Francia y de España primero, y de las comunidades autónomas de Navarra, Aragón y Cataluña.
Según FAPAS, el error ha estado en que “los recursos económicos se han distribuido entre la sociedad implicada”, pero “se ha evitado cualquier actuación de conservación de la especie en el territorio”, por lo que la organización califica esta asignación de “fraude contra la biodiversidad”.
Temores y esperanzas
También han aseverado que la reintroducción de los osos en los Pirineos procedentes de Eslovenia, “obedeció en su día a una estrategia planificada por instituciones turísticas francesas, que pretendían desarrollar una campaña de promoción turística”.
Actualmente, las expectativas de recuperación de los osos pirenaicos están basadas únicamente en la capacidad de supervivencia de los ejemplares liberados, que han conseguido reproducirse. Pero el principal temor para alcanzar verdaderamente la supervivencia de los osos se encuentra en el posicionamiento político de comunidades como Navarra o Aragón sin planes específicos de conservación de la especie, afirman en FAPAS.
La desaparición de ‘Camille’ no implica que España se haya quedado sin osos propios. En la Cordillera Cantábrica sigue viviendo un centenar de osos pardos de la subespecie cantábrica, distribuidos entre León, Palencia, Cantabria y Asturias. Esta población ha aumentado en número en los últimos años, pero el principal problema que tiene para su conservación es que se encuentra separada en dos grupos, aislados por carreteras y ferrocarriles. La Fundación Oso Pardo y el FAPAS, trabajan para salvar la especie cantábrica.
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Anónimo Says:
wow que interesan y triste es saber los cuidados que se le dan a las especies en peligro de extincion.
Posted on 10 de noviembre de 2010, 16:44