26/07/2010. La precariedad de los medios materiales utilizados y la falta de recursos ralentiza la recogida de las 1.500 toneladas de petróleo vertidas el pasado fin de semana en las costas de Dalian, al noreste de China, en el peor incidente de estas características registrado en el país asiático.
La tripulación de algunos barcos pesqueros en la zona ha llegado a recoger el crudo usando palillos chinos e incluso con sus propias manos, publicó hoy el periódico oficial “China Daily”, mientras organizaciones no gubernamentales reclaman más y mejores medidas para combatir la contaminación.
El vertido de 1.500 toneladas de petróleo registrado en el mar Amarillo como consecuencia de la explosión de un oleoducto en el puerto de la ciudad china de Dalian (provincia de Liaoning), el viernes de la semana pasada, es una “grave amenaza” para la vida marítima y la calidad del agua de la zona y podría tener un fuerte impacto medioambiental durante más de una década, según expertos y ecologistas.
La Administración Estatal de Seguridad en el Trabajo dijo ayer que el accidente fue causado por una inyección inadecuada de un agente desulfurizador en la conducción de descarga del crudo de un petrolero. El oleoducto del puerto de Dalian explotó por un error de dos operarios.
Un total de 40 barcos especializados y cientos de pesqueros a los que se ha añadido un contingente de 2.000 soldados del Ejército de Liberación Popular han sido desplegados para limpiar el combustible, que se ha extendido a lo largo de más de 90 kilómetros de costa y ha contaminado una superficie de 1.000 kilómetros cuadrados.
Los equipos de limpieza han desplegado 15 kilómetros de barreras para contener la propagación del crudo y han empleado 23 toneladas de bacterias devoradoras de petróleo.
Preocupante descuido
“Muchas playas no han sido cerradas a los visitantes y no hay carteles de advertencia. Como consecuencia, vecinos y visitantes, ajenos a la extensión del vertido, estaban jugando en el agua con sus hijos, con riesgo de entrar en contacto con el petróleo”, dijo ayer la organización en un comunicado.
Greenpeace afirma que el grueso de la tarea lo llevan a cabo pescadores que “no tienen siquiera mascarillas ni saben que deben proteger la piel del contacto con el crudo”. “Pedimos encarecidamente al Gobierno que envíe a personal profesional”.
Las autoridades se han mostrado confiadas en su capacidad para luchar contra el desastre y han insistido en que la situación no es comparable a la del golfo de México. Las 1.500 toneladas equivalen a unos 400.000 galones, cuando el vertido estadounidense de BP asciende a entre 94 y 184 millones de galones.
China National Petroleum Corporation (CNPC), el mayor grupo petrolero del país y propietario de la conducción que explotó, aseguró el jueves que más de 400 toneladas han sido recogidas ya.
Pero Zhao Zhangyuan, del Instituto de Investigación de Ciencias Medioambientales de China, ha afirmado en la prensa local que el impacto sobre la vida marítima y humana podría durar 10 años, debido a la entrada de la contaminación en la cadena alimentaria. “El efecto más crítico es para la salud humana. Cuando el petróleo se descompone, las sustancias que son producidas, muchas de ellas cancerígenas, pueden causar graves daños ecológicos”, ha señalado.
El desastre ha obligado a prohibir la pesca en Dalian, una agradable ciudad que cuenta con una importante industria pesquera. El turismo también se ha visto afectado. Varias playas de la zona han sido cerradas. En algunas, la capa de petróleo ha alcanzado 30 centímetros de espesor.
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