Infierno en Moscú

12/08/2010. Según el director del Servicio meteorológico de Rusia la ola de calor que asoló el oeste del País desde principios de Julio es “la peor desde hace 1.000 años” y en estos momentos las agencias internacionales manejan cifras de 700 muertes diarias como consecuencia del calor y el humo provocado por los incendios que consumen los parques nacionales. Sin embargo la comunidad científica y el mundo político global se divide porque aun nadie está seguro si esto es consecuencia del calentamiento global originado por la actividad industrial humana.

Niveles de humo alarmantes

La tasa de mortalidad diaria en Moscú se duplicó por la contaminación causada por el humo producido por los cientos de incendios que arden en Rusia. El Departamento de Salud afirma que, por esta época del año, normalmente mueren unas 380 personas al día en la capital rusa. La cifra ha ascendido a 700 a medida que una gruesa capa de humo y contaminación envuelven la ciudad. El corresponsal de la BBC en Moscú Richard Galpin comentó el fin de semana que el humo era tan espeso que redujo la visibilidad hasta unos 200 metros.

Se reporta que la cantidad de monóxido de carbono en el aire es seis veces mayor que los niveles aceptables para la salud. Los expertos aseguran que los niveles de otros gases contaminantes son aún peores en otras áreas. Varias embajadas han retirado su personal de Moscú debido a la elevada contaminación del aire por los incendios forestales, que según fuentes médicas ha agravado las enfermedades cardiovasculares y disparado los casos letales. Las misiones diplomáticas de Alemania, Austria, Polonia y Canadá han iniciado la evacuación de parte de personal y de sus familiares desde Moscú

Israel recomendó a su embajada que retire de Moscú al personal que no sea imprescindible, mientras EEUU y varios países europeos advirtieron a sus ciudadanos sobre el riesgo de viajar a Rusia debido al impacto de los incendios en la seguridad, la calidad del aire y el transporte. “El nivel de contaminación es muy alto”, pues la concentración de sustancias nocivas en la atmósfera supera en más de seis veces los niveles máximos, informó el Departamento de Sanidad de Moscú. Sanidad mantuvo su recomendación a los moscovitas de no salir a la calle, no abrir las ventanas y utilizar mascarillas y máscaras de oxígeno, aunque unas y otras ya se han agotado en las farmacias, según denunció Irina Lobán, diputada de la Duma de Moscú.

Calor mortal

Fuentes médicas revelaron que desde el comienzo de la ola de calor en junio, con temperaturas de casi 40 grados, en la capital se registra un brusco incremento de los casos mortales por el doble impacto de las altas temperaturas y el humo en personas enfermas. “La mortalidad en Moscú aumentó en un 29,7 por ciento en julio”, cuando hubo unos 450 decesos diarios frente a la cifra habitual de 330, y el número total de muertos superó en 3.500 la media para ese mes, dijo a la agencia Interfax un funcionario de Sanidad.

Guennadi Oníschenko, jefe del Servicio Sanitario ruso, desmintió ese extremo, pero Andréi Seltsovski, cabeza del Departamento de Sanidad de Moscú, admitió que sólo los casos de derrame cerebral registraron en la capital un aumento del diez por ciento. Otras fuentes afirmaron que las autoridades médicas ordenaron en secreto enviar a sus casas a muchos pacientes de centros oncológicos -y no aceptar nuevos-, pues la mayoría carecen de aire acondicionado y han tenido que interrumpir los cursos de quimioterapia.

Continúan los incendios

El número de incendios forestales en el país, que la víspera se redujo de 588 a 558, en las últimas veinticuatro horas ha vuelto a aumentar hasta los 577 casos, según el ministerio de Emergencia, encargado de combatir el fuego con ayuda del Ejército. El parte ministerial no precisó el último número de víctimas mortales de los incendios, que la víspera había aumentado hasta las 52 personas y que -en contra de la tendencia mundial- no son bomberos, sino habitantes de pueblos atrapados por el fuego, que no fueron evacuados ni pudieron hacerlo por su cuenta.

En las últimas veinticuatro horas se declararon 290 nuevos incendios y 244 fueron sofocados, mientras la superficie de bosques en llamas ascendió hasta las 193.516 hectáreas, 14.000 más que el viernes. El ministerio de Emergencia indicó que del total de fuegos activos, 101 son de gran envergadura y abarcan una superficie de más de 165.000 hectáreas, y 32 son incendios en yacimientos de turba, 26 de ellos en la región de Moscú.

Estado de emergencia en centrales nucleares

Las autoridades rusas han anunciado que es necesario declarar el estado de emergencia en los alrededores de la central nuclear de Mayak, ya que esta zona de los Urales sigue terriblemente amenazada por el fuego. Éste ha calcinado cientos de miles de hectáreas desde finales de julio, pero ha inquietado especialmente a las autoridades de Chelyabinsk (a 2.000 kilómetros al este de Moscú) por la proximidad de las llamas al centro que se dedica fundamentalmente a almacenar residuos nucleares.

El enorme complejo nuclear de Mayak es capaz de reprocesar 400 toneladas de combustible nuclear al año, además de ser un lugar de almacenamiento de grandes cantidades de residuos de este tipo. En numerosas ocasiones ha sido protagonista de las noticias del día por los accidentes y fugas que se han producido en los últimos años. Majak fue en 1957 el escenario de la mayor catástrofe atómica antes de la de Chernobil, en Ucrania, en 1986. Entonces murieron 200 personas, según datos oficiales. La radiactividad contaminó una zona de unos 100 kilómetros cuadrados.

Varias instalaciones nucleares de Rusia se encuentran en zonas de riesgo. De hecho, el ministro de Situaciones de Emergencia, Sergei Shoigu, instó el domingo a sus servicios a redoblar los esfuerzos en torno a un centro de armas nucleares, una Snezhinsk, también en los Urales.

El mayor desastre de la historia

Defensores de los Derechos Humanos había pedido en una carta abierta al presidente Dmitry Medvedev, que pida ayuda a los países extranjeros para evitar “una catástrofe humanitaria” ya que, de acuerdo con las autoridades de Moscú, los índices de micropartículas de la contaminación, el monóxido de carbono e hidrocarburos, eran tres veces superiores a los que normalmente se consideran peligrosos para el ser humano.

Alexei Yablokov, ex asesor de la ecología del Consejo de Seguridad de Rusia, ya ha avisado de que este fenómeno supone para Rusia uno de los principales desastres ecológicos y de salud de toda su historia. Por su parte, el jefe de los servicios sanitarios de Rusia, Gennady Onishchenko, también ha advertido contra las epidemias como el cólera, debido a la ola de calor.

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