25/05/2010. Los módulos fotovoltaicos son los que convierten la luz del sol en energía eléctrica. Se utilizan, entre otras aplicaciones, para suministrar energía eléctrica en zonas aisladas.
A la hora de conformar los paneles, se deben unir célula por célula en tiras separadas denominadas 'cadenas'.
La segunda parte es manual. Por medio de estaño se conexionan en un proceso muy delicado. A continuación, un horno hace que todas las capas del panel queden perfectamente ajustadas. Tras ello, en la parte trasera se coloca el receptor eléctrico que servirá de transmisor de la energía.
Después mediante un proceso de 'Triming', se eliminan los bordes sobrantes, se colocan los marcos y de comprueba su eficacia en una sala aisalada y a temperatura siempre constante de 25 grados.
La ultima generación de equipos térmicos se presenta como alternativa clara al butano, al gas natural o al gasóleo y está basada en la combinación de las placas solares con bombas de calor. El sistema obtiene un gran rendimiento con el mínimo consumo energético y funciona las 24 horas del día aunque no haya sol.
Con la instalación de placas solares el ahorro energético y la consiguiente reducción del impacto medioambiental son considerables. Existen estudios que indican que más de 8.000 toneladas anuales de anhídrido carbónico dejarían de emitirse por cada 5.000 hogares que contaran con esta tecnología.
Aproximadamente, hoy en día una placa de 3 metros cuadrados nos podría costar los 500 euros, cuando en 2008 valía 700.
(Ecoticias)
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