El Fondo Monetario Internacional (FMI) propuso hoy la creación de un "Fondo Verde" para ayudar a los países en desarrollo a responder al cambio climático y reducir sus emisiones de los gases que lo provocan.
Según la propuesta, detallada en un estudio difundido hoy, ese Fondo emitiría "bonos verdes" para lograr 100.000 millones de dólares en recursos al año para 2020, cifra recogida en el acuerdo firmado en la cumbre de clima de Copenhague, celebrada en diciembre.
El documento da detalles a una idea adelantada a principios de mes por el jefe del FMI, Dominique Strauss-Kahn, que dijo que el nuevo mecanismo facilitaría un acuerdo mundial para la reducción de emisiones que suceda al protocolo de Kioto, que expira en 2012.
"El Fondo Verde podría proporcionar un marco unificado para la movilización de recursos capaz de cumplir las necesidades de financiación identificadas en Copenhague durante las próximas décadas", señala el texto.
La alternativa, a juicio de los expertos del FMI, es una serie de reuniones de donantes de resultado incierto, después de las cuales los países típicamente tardan más en entregar el dinero que lo prometido inicialmente.
A su juicio, el Fondo Verde podría extender donaciones y préstamos rápidamente a los países en desarrollo para que hagan frente a las inundaciones, sequías y las malas cosechas que se prevé que el cambio climático provoque en ciertos casos.
También podrían emplear los recursos para reducir sus emisiones de gases que provocan el efecto invernadero, señala el estudio.
Para que funcione, el Fondo Verde requerirá una aportación de 100.000 millones de dólares, que se usarán como colateral para la emisión de 1 billones de dólares en bonos durante 30 años, a ser vendidos a inversores privados y Gobiernos.
El FMI sugirió que los países desarrollados hagan sus contribuciones con transferencias de reservas de los bancos centrales en proporción a sus cuotas en la propia entidad.
Según este baremo, Estados Unidos sería el mayor donante, con un 17 por ciento, seguido por Japón y Alemania.
Los países ricos podrían dedicar a ello parte de los 176.000 millones de dólares que el FMI les entregó el año pasado en forma de Derechos Especiales de Giro, su canasta de divisas, después de que el G-20 le pidiera reforzar los recursos de los bancos centrales para elevar la liquidez del sistema financiero mundial.
Además de las transferencias de reservas, las naciones donantes deberían aportar dinero de sus presupuestos, derivado de impuestos sobre las emisiones de carbono, por ejemplo, que se usaría para financiar las donaciones o los préstamos subsidiados, explica el documento.
Dada la dificultad de aprobar una medida así en un momento de gran presión sobre los balances públicos, el FMI sugirió que el Fondo Verde podría registrar déficit inicialmente.
El organismo recalcó que no pretende crear y gestionar el Fondo, sino que presenta su propuesta para su debate a nivel internacional.
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